martes, 8 de noviembre de 2011

El uso del espacio

Hay algo que no puedo comprender. Cuando miro un partido de rugby de cualquier categoría, me llama poderosamente la atención que jugadores que portan la pelota, en superioridad numérica, por ejemplo un 3 a 1, tienen dificultades para resolverlo eficazmente con el juego de manos y terminan colisionando, porque no es un choque o percusión deliberado sino una colisión casi accidental, contra el defensor o hacen todo lo necesario para que los defensores que están en profundidad o relativamente alejados puedan llegar a posición de tackle y bloquear el movimiento de ataque. Más allá de los insultos a que son sometidos, a veces ciertamente merecidos, me pregunto cuál es la causa de esto. Hablo de jugadores que tienen la técnica suficiente para correr con la pelota en las manos y hacer un pase preciso a varios metros, aunque también es cierto que si pedimos que lo hagan hacia ambos lados... la muestra disminuye. El problema está en otro factor. No es necesariamente técnico, un problema de destrezas. El problema, creo yo, es que los jugadores no están ni entrenados ni formados en el uso del espacio. Esto es algo definitivamente grave en rugby, un juego donde el objetivo intrínseco de cada movimiento es precisamente ese, la ocupación del espacio. Debe haber pocos o ningún otro deporte en el que el espacio sea tan importante como en el rugby. Y ahí van los centros, de frente, chocándose de cabeza contra los centros adversarios...

Hurgando en las imágenes de mi mente, en la carpeta de "Entrenamientos", archivos visuales de los últimos 15 años, se repite una y otra vez la situación del cuadro de conitos demarcadores de terreno marcando terrenos ínfimos, de 5x5 o a lo sumo de 10x10, pero siempre con jugadores hacinados en su interior pegándose golpes y perdiendo la pelota. Esos mismos jugadores son los que el partido siguiente volvieron a perder la posesión de la pelota pero esta vez en una situación de juego diferente, la del 3 a 1 que mencionábamos antes con decenas de metros cuadrados alrededor y ninguna experiencia en su resolución. Quiero decir, en general no entrenamos situaciones del juego en las que nuestros jugadores estén con posesión controlada del balón, en relación numérica favorable y gran cantidad de espacio. Insistimos permanentemente en entrenar bajo el adagio de que cada jugador tiene que gestionar un espacio de 5 x 5 mts y no solemos salir de él y con esto lo que le estamos transmitiendo a los jugadores es que la referencia del juego es el adversario, no el espacio libre. ¿Cuándo fue la última vez que entrenamos un 2 a 1 en un espacio de 20 x 10 mts. o 30 x 10 mts.? ¿Por qué no lo hacemos? Porque consideramos que jugar con espacio es mucho más fácil que jugar sin espacio. Creo que esa es la razón pero también creo que esa es una verdad relativa. Es cierto que es más simple pero no necesariamente más fácil, porque implica mayor control de la carrera, del pase, del espacio en definitiva. El error más frecuente que vemos en el juego en grandes espacios es que los jugadores tienden a reducir su propia área de juego porque están acostumbrados a jugar en espacios reducidos. Lo habitual es que un jugador promedio perciba que ha tomado la marca adversaria a mucho menor distancia del adversario que lo necesario, acercándose a la línea defensiva oponente y dando como resultado la reducción del espacio que tendrá para jugar el receptor del primer pase y su apoyo externo. En defintiva, al tomar la marca demasiado cerca terminan favoreciendo a la defensa, que precisamente lo que necesita en reducir el espacio disponible para el atacante y, en consecuencia, el tiempo de reacción y ejecución del ataque.
La propuesta sería que cambiemos nuestra idea de lo que es fácil o difícil de ejecutar en el juego, asumiendo que jugar en espacios abiertos puede ser todo un desafío, a veces aún mayor que jugar en espacios cortos y con apoyo cercano y eficaz. Al alterar la variable espacio en nuestros ejercicios veremos rápidamente que varían también el tiempo (el "timing") de ejecución de la carrera, el pase, los cambios de paso, la toma efectiva de la marca y, en función de esto también variarán las necesidades de portador y apoyos, teniendo que ser más precisos no sólo en los pases, que al ser más largos serán más difíciles, sino también en la relación posicional de los jugadores, dando la posibilidad al apoyo externo de elegir su posición en el eje profundo y en el lateral en función de la posición de la defensa. De hecho, en el juego con más espacio es mucho más importante que el apoyo externo sea un buen jugador posicionalmente que en el juego cerrado, donde basta con colocarse con profundidad, sin tener que seleccionar su posición en el eje lateral (porque este prácticamente no existe). Más allá de todo este divague hipocientífico, los invito a que prueben a sus jugadores en ejercicios de 3 a 1 en espacios de 30 x 10 y se sorprenderán. Prueben un 5 a 3 en un campo de 40 x 20 mts. Cada vez que vean ganar a la defensa verán que están dejando en evidencia las falencias técnicas de los atacantes (pase, carrera) y su incapacidad de conducirse eficazmente en el espacio. Bueno, es lo que me pasó a mí. Ustedes dirán.

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